martes, 31 de julio de 2012

LA CRISIS ACTUAL Y EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA COMO IDEA SOCIALISTA. (I)

A continuación insertamos una serie de entradas que despliegan por fases un interesante trabajo de Tarso Genro ya publicado en su version portuguesa en la Revista digital INSIGHT y, en castellano, en el Blog amigo de Antonio Baylos.

La biografía política de Tarso Genro es muy conocida, desde su puesto de alcalde de Porto Alegre e impulsor del Foro Social, hasta su paso por los gobiernos del presidente Lula en tres ministerios muy importantes, el de Desarrollo Económico y Social, Educación y Justicia, y, por último, como Gobernador del Estado de Rio Grande do Sul, elegido en primera vuelta en una coalición de partidos de izquierda (Partido de los Trabajadores, Partido Socialista y Partido Comunista) y exponente de una corriente en el seno del PT, “mensaje para el partido”, situado a la izquierda de la mayoría del mismo. Pero esa biografía no debería ocultar el impulso teórico de Tarso Genro como pensador y publicista, que es muy importante. Laboralista de origen, lector de los clásicos de la ciencia política, se ha dedicado fundamentalmente a reflexionar sobre la crisis de la democracia en el orden global, en la idea de encontrar respuestas para un socialismo democrático, muy en la línea de otros pensadores del área lusófona, como Boaventura dos Santos Sousa o José Edoardo Faria. Su aproximación a los derechos de ciudadanía como participación en el Estado y la construcción paulatina de mecanismos de democracia directa, son elementos básicos de su pensamiento político. En este sentido, su teorización entronca con la crítica a la democracia de mercado y la contraprogramación de una radicalización de la democracia que puede culminar en un nuevo de sistema de tutela del trabajo caracterizado ante todo por la democratización de todas las instancias de poder, público y privado.

LA CRISIS ACTUAL Y EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA COMO IDEA SOCIALISTA. (I)
        
         Para entender tanto la crisis del sistema financiero global, iniciada en 2008, como sus consecuencias sobre los sistemas democráticos del mundo, es recomendable una reflexión más humilde y modesta que las promovidas desde el ímpetu que anuncia una crisis final del sistema capitalista. La izquierda que se limita a pensar el mundo conforme a las categorias usadas antes del final del socialismo real debe ir más allá de los análisis que apuntaban las disyuntivas clásicas: transición pacífica o ruptura, reforma o revolución, socialdemocracia o socialismo proletario, teoria de la dependencia o revoluciones nacionales democráticas, en aquel período, con apoyo soviético.

viernes, 13 de julio de 2012

Situar la cuestión ecológica en la centralidad política


Situar la cuestión ecológica en la centralidad política
Es necesario ubicar políticamente la cuestión ecológica en el lugar princi­pal que le corresponde de la centralidad política. Esta afirmación no responde a un planteamiento estrictamente conservacionista. La evolución lógica e inevitable de un sistema productivo “ecocida” y depredador de recursos naturales y sus consecuencias para la vida del planeta ha llevado a la contradicción capital-naturaleza a unos niveles de la misma importancia como la que, desde sus inicios, mantiene el conflicto capital-trabajo; contradicciones ambas que no podemos desligar, ni analizar y menos resolver de forma independiente.
Como regla general, pero en una situación de crisis de manera muy particular, el capitalismo se ajusta por la parte más débil de la contradicción, y esa ha sido, está siendo, junto con los trabajadores, en estos momentos con una capacidad política de respuesta limitada, e incluso débil; la silenciosa, aunque a veces violenta en su respuesta, naturaleza.
A la explotación la­boral se une desde siempre, pero hoy de forma extremadamente grave la explotación, hasta esquilmarlos, de los recursos naturales; desde los combustibles de origen fósil, hasta la biodiversidad, a la que destruye o de la que se apropia; pasando por la ocupación del suelo y del territorio. En definitiva, una explotación ecológica, que resta calidad de vida, afecta a los equilibrios natura­les y pone en peligro la salud de los habitantes del planeta y al propio planeta. Entre la explotación del trabajo y la de la explotación de los recursos del planeta y consiguiente destrucción de la naturaleza por parte del capital, existe mucho más que una analogía; es más bien una identidad de procesos.

La movilidad y la accesibilidad sostenibles.


La movilidad y la accesibilidad sostenibles.
Todos somos conocedores de que el tráfico y la movilidad de personas y mercancías en base al transporte motorizado traen consigo graves consecuencias ecológicas y sociales. Tampoco a nadie se le escapa que son la causa principal de las emisiones de CO2, el gas que más contribuye al efecto invernadero; así como de los aspectos más conflictivos del medio ambiente urbano e interurbano tales como la contaminación, el ruido, el consumo excesivo de recursos o la ocupación extensiva del espacio. Sin transformar la movilidad no parece posible racionalizar o hacer más habitable el entorno.
El modelo económico conduce a un crecimiento explosivo del transporte de mercancías, mientras que el modelo cultural favorece un proceso similar para el uso del automóvil privado. Y a ambos procesos hay que buscarles acomodo, no sólo en territorios densamente poblados, como es el caso de la Comunidad de Madrid, sino en el conjunto del territorio
La larga experiencia tenida y la fuertes inversiones realizadas para evitar o paliar la saturación del transporte, demuestran que si la existencia de la congestión es perjudicial para la salud, el medio ambiente y la economía, las medidas que intentan paliarla mediante la construcción de más y más infraestructuras traen consecuencias y producen efectos aún más negativos y ni siquiera el fomentar modos alternativos de transporte tampoco reducen el número y el volumen de los atascos, tanto en los accesos a la grandes ciudades, como en el interior de las mismas, ya que siempre habrá ciudadanos dispuestos a aprovechar el posible bajón de trafico para usar su coche y el proceso urbanizador contrarrestará los pequeños beneficios del uso de modos alternativos y saturará las nuevas infraestructuras supuestamente realizadas para aliviar el tráfico y realmente construidas para favorecer el proceso urbanizador.

martes, 3 de julio de 2012

Repsol, Vaca Muerta y los hidrocarburos no convencionales

El yacimiento de Vaca Muerta, principal protagonista de la expropiación de Repsol, es fundamentalmente de lo que se conoce como shale gas, gas de pizarra o gas de roca madre. En efecto, se trata del mismo tipo de gas que ha revolucionado la industria del gas natural en EEUU. A finales de 2011 se anunció un proyecto de exploración para un yacimiento de este tipo en el País Vasco. Aún está por demostrar que se pueda explotar shale gas respetando el medio ambiente (a precios actuales), y también está por demostrar que la euforia que se ha desatado en EEUU con el shale gas vaya a ser sostenible (técnica y comercialmente) a largo plazo. Otro factor a tener en cuenta cuando se habla de shale gas es que las condiciones geológicas, económicas, de infraestructura, propiedad de la tierra y los recursos minerales, disponibilidad de agua, acceso a maquinaria y a personal especializado, entre otras, que se han dado en los EEUU se puedan reproducir en otros lugares del mundo.

lunes, 2 de julio de 2012

Acto de presentación del blog Argumentos. Ateneo de Madrid, 16 de junio de 2012


El blog se presentó con un debate sobre “las estrategias de la izquierda política y social ante la crisis europea”, moderado por Lali Vaquero (diputada de IU en la Asamblea de Madrid) en sustitución por enfermedad de Ascensión de las Heras (diputada de IU en el Congreso).

Paloma López (secretaria de Empleo y Migraciones de la Comisión Ejecutiva Confederal de CCOO) expuso, desde la posición sociopolítica del sindicato, el agravamiento de una crisis que viene de lejos, del fomento de valores individualistas contra los valores sociales, hasta amenazar al proyecto de integración europea. Crece la asimetría entre países y los recortes al estado de bienestar y al modelo social europeo, mientras adquieren fuerza actitudes sexistas y racistas.